Huérfanos a consecuencia del odio, del complejo y el perjuicio; huérfanos sin hogar, con el pasado que duele hasta los huesos.
¿Cuánto dolor emocional aguanta un ser humano con buena salud? ¿Hasta qué punto no soporta más, y perece? Es difícil afrontar el grado de atrocidad que un hombre puede provocarle al mundo entero; la inteligencia, astucia e ingenio mal enfocados.Una historia que se cuenta a través de los siglos, que no deja de ser más punzante conforme pasa el tiempo.
Sobrevivientes sin más pertenencia que sus propias manos, sin otro pasado mas que el destruido. Una vida por construir, por reponer y restaurar desde las ruinas.
¿Es preciso decir una palabra más al respecto? ¿Es prudente lamentarse y hacer del recuerdo algo penoso? No cabe duda que opiniones en el mundo sobran, que las cosas suceden y las conclusiones no se hacen esperar. Las personas que deciden continuar, que aceptan el sufrimiento sin compadecerse de si mismos, que pueden levantar la mirada inundada de lágrimas y seguir mirando, esas personas prevalecen y dejan sus huellas en el concreto frío.
Perder a sus seres queridos, a sus seres amados, y añorarlos incluso después de vivir años de recuerdos y del renacimiento. Ser arrebatados y torturados, forjados para ser la nueva fuerza después de la devastación, para ser la calma después de la tormenta.
Una última mirada al hogar, en el pensamiento. Un adiós sin despedida.
C.C.
¿Cuánto dolor emocional aguanta un ser humano con buena salud? ¿Hasta qué punto no soporta más, y perece? Es difícil afrontar el grado de atrocidad que un hombre puede provocarle al mundo entero; la inteligencia, astucia e ingenio mal enfocados.Una historia que se cuenta a través de los siglos, que no deja de ser más punzante conforme pasa el tiempo.
Sobrevivientes sin más pertenencia que sus propias manos, sin otro pasado mas que el destruido. Una vida por construir, por reponer y restaurar desde las ruinas.
¿Es preciso decir una palabra más al respecto? ¿Es prudente lamentarse y hacer del recuerdo algo penoso? No cabe duda que opiniones en el mundo sobran, que las cosas suceden y las conclusiones no se hacen esperar. Las personas que deciden continuar, que aceptan el sufrimiento sin compadecerse de si mismos, que pueden levantar la mirada inundada de lágrimas y seguir mirando, esas personas prevalecen y dejan sus huellas en el concreto frío.
Perder a sus seres queridos, a sus seres amados, y añorarlos incluso después de vivir años de recuerdos y del renacimiento. Ser arrebatados y torturados, forjados para ser la nueva fuerza después de la devastación, para ser la calma después de la tormenta.
Una última mirada al hogar, en el pensamiento. Un adiós sin despedida.
C.C.